Viviendas Barriales Productivas se centra en el prototipado de infraestructuras domésticas que combinan aspectos de vivienda de barrio, con la aspiración de introducir actividades productivas a escala familiar. Su formulación está basada en el diseño de una política que alcanza nuevas comprobaciones y paradigmas, refutando modelos preconcebidos y estériles.

El proyecto busca abandonar el modelo asistencialista para, en su lugar, proporcionar herramientas e insumos a la comunidad que faciliten un desarrollo sostenido e instalen una capacidad de autoproducción del hábitat, alejado de la política partidista y posicionando la deliberación en la política ciudadana; en consecuencia, poner las decisiones en manos de la comunidad.

Con ello se despierta la conciencia política de los individuos como parte de un sistema de organización más vasto y complejo, promoviendo las dinámicas asamblearias, la toma de decisiones democráticas y participativas, y la resolución de conflictos desde la propuesta.

Esta estrategia busca generar focos de transformación a partir de precisas acupunturas, articulando una red expandida de viviendas, espacios de cooperación y zonas productivas.

El proyecto configura una serie de unidades prototipadas que responden a casos reales, haciendo uso de materiales, procedimientos y tecnologías constructivas locales combinadas con los insumos provenientes del inventario del estado.

Los grupos familiares que se verán beneficiados por los 15 prototipos son seleccionados en asamblea por la comunidad, priorizando a todas aquellas personas con alguna necesidad especial y cuya participación dentro de la comunidad es ejemplar. Es entonces cuando se da inicio a un intensivo trabajo de reconocimiento del territorio para establecer relaciones de trabajo, reconocer liderazgos y consolidar nuevas formas de organización.

Las VBP son un ejercicio de comprobación práctica sobre la producción social del hábitat que, junto a otras experiencias en Latinoamérica y el mundo, demuestran que la solución al problema de la vivienda no radica únicamente en su componente financiero y arquitectónico/espacial, sino en la capacidad organizativa, el trabajo de gestión social y la integración a las dinámicas y oportunidades del territorio.